Recordando a Mario Benedetti

Tuesday, July 12, 2011

La ritualidad del círculo



Soy incapaz de enternecerme con los vegetales.

-Charles Baudelaire-


El péndulo, frágil titubea
por la velocidad del viento.

La llama ineludible
lame el verdor de la aurora
con sus labios perennes
como presagio del silencio

Todo nace para ser eterno
y en su inmortalidad
la palabra muerte es una duda
en la mecánica del círculo.

Daniel Montoly©



(V)



Los árboles mueren pero el sueño prosigue
-Ezra Pound-

A Karmen Blaquez


... La luna tiende
un sendero de peces
encontrados.
La palabra florece,
perdida,
olvidada,
donde habitaban las hojas,
sueño de un árbol
que desaparecía en la noche.

Daniel Montoly/© 2003


Un atardecer para Teresa.

Para Alenamar


Ella era breve y concisa, como una estrella fugaz, que, aunque breve, cautiva los ojos con su misterio en una noche de cielo a brazo abierto. Escribía de plantas y de peces, pegándolos en los sueños de colores amarillos con la fuerza de sus claroscuros versos, que asemejaban la luz del día, a pesar de estar nublado. Yo fui su aprendiz entusiasta: le servía el café aún con las señales de humos saliendo al encuentro de su olfato, y luego la envolvían como un velo celeste que oculta la estética del misterio.

Ella fue tantas cosas, porque llevaba la raíz del verbo como un águila lleva el instinto del vuelo: ave poeta del viento que ama dominios vetados a la angustia y a los gruesos párpados de la sombra. Cruzó como un haz en mi vida, rompiendo la perennidad de mi silencio, dejándome el horizonte plano como un valle de respiros exquisitos, con olor a flores de geranios y margaritas. Fue, más que un oasis, el vaso de agua que calmó mis ansiedades cuando la sed de la penumbra creativa inundaba mis días con mañanas obsoletas, característica del temprano desvarío de querer ser poeta aún sin retoñarme las uñas.

Ella colocó en mi boca la flor de la ternura; hasta entonces todos los instantes por delante llevaban el sabor de la guayaba: delicadamente dulce como las manos de la brisa costera, humedecida con el fermento de la sal y los olores propios del trópico. Ya, cuando la vi con la aurora entumecida, caminaba lentamente al crepúsculo, restregué mis ánimos en la holgura de su falda, besé sus labios como queriendo empapelarlos o embriagarme de amor con ellos. Al fin y al cabo, borracho fue lo que siempre quise ser, para dormirme en su regazo y ver como cae la lluvia desde el techo que nos sirvió de refugio, humedeciendo las hojitas de hierbabuena y las albahacas, que, aún hoy, crecen silvestre en su huerta, debajo de las matas de castañas y los eucaliptos.

Pero las horas se han hecho densamente largas, ahora que sólo dependo de sus recuerdos. La percibo viniéndome a buscar en plena primavera con los arbustos de granados florecidos y las cayenas sonriéndole al sol febril con sus labios rojos. Estaré en el mismo banco del parque, con el viejo reloj marcando la seis en punto, cuando los cafés cercanos, -satélites del arte se llenan de poetas, bohemios, pintores, payasos y de ilusos transformista de la vida. Me encontrará leyendo un libro que hable precisamente de ella en tiempo presente; observará mis ojos cansados de esperar aquel momento; me tomará en sus alas, y emprenderemos el vuelo al lugar en donde nadie existe. Será el momento para saber hablar el dialecto de los ángeles, de haberlos más allá de los halos de la sombra cotidiana. Ella vendrá, estoy seguro, y bailaremos juntos un bolero de colores.

Daniel Montoly©




REQUIÉM A LOS CEREZOS


A José Watanabe

Poeta, el cerezo florecido lágrimas
sobre la levedad de la tumba
te acoge como distinguido huésped.
Los bueyes llevan púrpuras guirnaldas
en sus menguantes cuernos
las garzas blanquean el lago
y en el fondo los peces
zurcen una estrella en tu destino
con el fulgor de sus escamas.
La brisa ruge detrás de los montes
como una leona enamorada
los pájaros escuchan sus rugidos
despiertan con sus vuelos
la apacibilidad del río de los rostros
donde millones de piedras encendidas
forman un bosque de arco iris.
Poeta, con tu muerte el cielo se cubre
con lentejuelas arrancadas
al vestido de lo incierto.
Las visibles huellas del invierno
se extienden a lo largo.
El guardián del hielo arrastra en soledad
sus pasos hacia el Monte Fuji.

Daniel Montoly©





CANTO DEL LEVIATÁN

"Hoy
se me ha perdido el mundo."
-Martha Kornblith-
I

Surges de mi oscuridad, refulgente monstruo
con los albores lascivos
te ensañas como un sátrapa
sobre su débil víctima.
Mis penas se suceden
como burlescos malabares
de grises trapecistas
por mi cuerpo anoréxico.
Siento escalofríos
apropiándose de mis preguntas.
Hoy reina el invierno en toda parte.
Entre viejas y dolorosas nomenclaturas
duermo este espíritu
sosegado, y sin escapatorias.

II

¡Bendita la noche que alberga tanto sueño!
- María Baranda-

Tu boca completa roza lo inocultable
disecando pedazos de cristales
de sordina en los extremos.
Tus ondulantes alas
inferiores
sellan mis huecos vacíos,
sacuden mis viejas ansias.
Siento que con la lejanía
tu voz se atraviesa en mi garganta,
forma bulliciosas olas
que como navajas placenteras
naufragan en mi piel indemne.
La maldita inquietud se desplaza
por mis frágiles huesos
barcaza arrastrada a orillas nocturnas.

III

"No habrá en ese atardecer
un color único que los cuerpos destelle."
-Gabriela Saccone-

Extiende tus labios para convertirte
en apetecible tormento.
Cansado ya del hedonismo platónico,
soledad, sueño que te ahogas
en aguas increpadas por mi boca.

Mas tu silueta permanece inmune
porque jamás logro quebrar
el péndulo que borrará en mí tus huellas.

Te rebelas contra mi voz. Pisa
por mis habitaciones húmedas
con bolsas de cenizas en tus ojos
con gritos de loba herida por resplandores.

Es el noveno día, y, aún el embrujado beso
pende del extremo sur del labio.
Tu halo me persigue como a una mosca.

IV

"Te damos gracias por la tiniebla
que nos recuerda la luz."
-Gabriela Saccone-

Detrás de frases difíciles la realidad
pesca con un desbordarse del asombro.
Las diarias preocupaciones
se juntan a formar escenas
para rendirle culto al sin sentido.
Mi espíritu por atarse al silencio
encalla en un largo espejo
que sólo refleja sombras.
Afuera, el olor a metales
y el haz de luna cruzan la plaza.
El fulgor rabioso de la noche
cae sobre la inercia del reloj de sol.
El hombre y las cosas dialogan
uniendo sus identidades.
Exiliado en otra dimensión
el mago mezcla oscuras hierbas
buscando escapar a su infierno numinoso.

V

"Uno debe oírlos, pero no aliarse con sus huesos..."
-Julio Hubard-

Una vez beba de tus manos "La Cicuta"
bailaré un intenso tango
con melancólica incertidumbre.

Escucharé tus amargas pisadas
como fúnebres campanadas
despedazar mi entusiasmo.

El rigor del miedo apertrechado
en mis venas flácidas
construirá una estatua virgen
con despojos arrebatados al tiempo.

Seré un efímero desplazamiento
tu inaudible oscuridad
nombrando inexacto a un cuerpo
que la misoginia del otoño
se confundió de huellas
con el escarceo de las hojas.

Daniel Montoly©


Daniel Montoly (Montecristi, República Dominicana, 1968) estudiante de la carrera de derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Fue finalista en el concurso de poesía Latin Poets for Humanity, ganador del concurso de poesía de la revista Niedenrgasse y del "Editor's Choice Award" de The Internacional Poets Society. Ha publicado en el Primer Volumen de Colección Sensibilidades (España, Alternativa Editorial), Maestros desconocidos de la poesía contemporánea hispanoamericana (USA, Ediciones El Salvaje Refinado), Antología de jóvenes poetas latinoamericanos (Uruguay, Abrace Editores) y en Jóvenes poetas cantan a la paz (Sydney, Australia, Casa Latinoamericana). El Verbo Decenrrejado (Apostrophes Ediciones, Santiago de Chile) Antología de Nueva Poesía Hispanoamericana (Editorial Lord Byron, Lima, Perú) y en la antología norteamericana: A Generation Defining Itself- In Our Onw Words (AMW Enterprises, North Carolina). Algunos de sus poemas han sido traducidos al portugués, inglés y alemán. Colabora activamente con diversas publicaciones literarias y dirige el blogThe Wrong Side, dedicado a la difusión de la literatura hispanoamericana.


Nota del autor del blog: Los trabajos visuales que sirven como ilustraciones para esta breve muestra poética son del poeta y artista visual, Gonzalo. Pueden visitar su web en: http://www.vbz.es/vbz.htm