CARTA PARA LUISA
Recogí el vuelo de
las aves para con él escribirte esta carta, Luisa, como verás, sus letras
volarán por tus ojos borrando crepúsculos tallados por la ausencia. Y he
posible, que un escorpión resquebraje tu corazón cuando la leas, pero no
olvides, que el amor y el dolor comparten mucho más, que esa amorosa cercanía
fonética que los identifica. Son los hijos mellizos de la vida. Espero, que estas
palabras no sean las estalactitas que se incrusten en tus pupilas, que los
labios de la noche no las conviertan en tormentas de arena o, en astilleros de
sal. Porque de ser así, estas manos no volverán jamás a hurgar en el estómago
del abecedario, intentando dotar lo incomprensible con arcos iris. Me haré
invisible jubilando el ímpetu que me caracteriza. Me desterraré a un islote en
el océano del olvido, Luisa, hasta donde tu rechazo no pueda desenterrar las
osamentas de mi nombre o, el día de mi cumpleaños. Recogí el vuelo de tantos
pájaros, Luisa, y ahora en mis desaciertos, pretendo que voy a borrar el cielo
de un plumazo.
LA PERPENDICULARIDAD
DEL HIELO
Un grito aterrador y
penetrante alcanzó a tocar la cúspide del monte derritiendo la cúpula de nieve
que lo coronaba. Un cuerpo momificado que estuvo sepultado debajo del hielo por
siglos emergió hasta la superficie. El sol y el extraño se miraron por primera
vez a los ojos y, el hombre empezó a romper la envoltura del sueño, lentamente,
como mariposa que deja atrás su metamorfosis. Las pupilas las tenía
distendidas, aunque cansadas, mas aún así parecía decidido a enfrentar la
historia, nuevamente, tal vez con mejor suerte que la última vez que lo hizo.
Recordó la sensación del hacha penetrando en el cráneo o, cómo sus ojos fueron
apagándose con la imagen de su verdugo grabada en ellos. Su presencia estuvo
con él por todo ese tiempo que estuvo enterrado debajo de distintas capas de
hielo. Y ahora, estaba preparado para volver a sellar la cripta de su destino
con sangre, porque si la suerte existe, existe para el vencedor.
EL DÍA DE LAS ARAÑAS
Las arañas izaron
sus banderas esa mañana; todo estaba tan oscuro, al punto, que yo no lograba
distinguir las puntas de mis pies. Tomé una mochila eché en ella todo el
presente que pude para salvaguardar el futuro protegiéndolo de posibles
polillas. Y nunca más volví la cara hacia atrás. Caminé día y noche hasta
llegar a ese lugar soñado por mis ancestros. Lugar, en donde dos cascadas se
juntan como las trenzas de una niña adolescente. Y allí deposité mi corazón
debajo del tronco de un árbol que nunca envejece cuyas hojas miran al extraño
con ternura. Entonces, el sol emergió de su silencio y las arañas que antes vi
se escurrieron por las hendiduras de los vocablos del tiempo hasta no ser más
que, las cenizas del asombro.
DIARIO DE UN
TRANSEÚNTE
En mi soledad, me
reconforto con los labios entreabiertos de los libros que me besan cuando creen
que estoy solo también con las obras de arte que alimentan el hambre de belleza
que algunas veces azota mi espíritu en medio de la noche desierta, pero la vida
rara vez se da por satisfecha. Es por eso que, que dejo la casa algunos
domingos y con una mochila al hombro abordo el primer autobús que se me cruce
por delante sin tener un plan concreto. Me dejo guiar por la espontaneidad del
instinto, como pájaro que se fía a la mansedumbre del viento primaveral. En mi
soledad, me reconforto encontrando pedazos de vida enganchados en los ojos de
las multitudes.
Daniel Montoly ©
Daniel Montoly (Montecristi, República Dominicana, 1968) estudiante de la carrera de derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Fue finalista en el concurso de poesía Latin Poets for Humanity, ganador del concurso de poesía de la revista Niedenrgasse y del "Editor's Choice Award" de The Internacional Poets Society. Ha publicado en el Primer Volumen de Colección Sensibilidades (España, Alternativa Editorial), Maestros desconocidos de la poesía contemporánea hispanoamericana (USA, Ediciones El Salvaje Refinado), Antología de jóvenes poetas latinoamericanos (Uruguay, Abrace Editores) y en Jóvenes poetas cantan a la paz (Sydney, Australia, Casa Latinoamericana). El Verbo Decenrrejado (Apostrophes Ediciones, Santiago de Chile) Antología de Nueva Poesía Hispanoamericana (Editorial Lord Byron, Lima, Perú) y en la antología norteamericana: A Generation Defining Itself- In Our Onw Words (AMW Enterprises, North Carolina). Tiene dos poemarios publicados hasta ahora: Ritualidad del Círculo y Tránsito del agua. Algunos de sus poemas han sido traducidos al portugués, ingles, catalán, rumano y alemán. Colabora activamente con diversas publicaciones literarias y dirige el blog literario: El Wrong Side, dedicado a la difusión de la literatura hispanoamericana.