TEJER
ALAS CON LAS HOJAS DEL OTOÑO
No
caben más platos rotos por el otoño en mi vida. Si para detenerlos tengo que
admitir mi cobardía, haré gala de mis dotes escénicas, convenciendo al viento a
desviar el curso de los objetos y así evitar el sonido desagradable del meandro
quintuplicándose en mi cabeza, como melodías de un violonchelo aquejado por la
vejez.
No
quiero levantarme en sombra, con mil paraguas de excusa por cada fracaso que me
persigue y que toma forma a medida que huyo. Al contrario, deseo que sean miles
las rosas que se abran a mi paso, aunque sea el día del eclipse mayor, cuando
ni las aves se atreven a dejar sus nidos y los roedores sus madrigueras.
Voy a
recoger las hojas caídas de los árboles y me tejeré con ellas alas con las
cuales sentir fragilidad, y poder llorar, porque mi máscara me pesa, y ha
llegado a suplantar mi osadía.
No
caben más platos rotos por el otoño en mi vida o gatos rojos sobre las alas
azul cielo de mi sombrero blanco. Me rehúso a justificar esto porque haría más
quejumbrosa la historia, que ahora no deseo contar.
Daniel Montoly
Imagen tomada del Internet.
No comments:
Post a Comment